lunes, 3 de noviembre de 2014

Halloween

Los más jóvenes del Centro conocieron, mediante una representación, la historia de la calabaza de Halloween.





Un día 31 de octubre por la noche, Jack se encontraba en la taberna que solía frecuentar, borracho y sin dinero. El demonio, que llevaba días observándolo, aprovechó la ocasión para aparecérsele en forma de moneda. Jack, que estaba sin blanca aceptó entregar su alma a cambio de esa moneda en la que se había convertido el demonio para pagar su bebida al tabernero. Pero Jack, que era muy astuto, rápidamente se guardó la moneda en su bolsillo, quedando el demonio a su merced.
Pasaron los años y el demonio seguía encerrado en la moneda, tratando en numerosas ocasiones de liberarse, transformándose para ello en tentaciones diferentes que Jack siempre conseguía vencer. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar que jamás en vida podría tener el alma de Jack.
Cuando años más tarde Jack murió, a su llegada al infierno, el demonio no le pudodejar entrar porque su alma no le pertenecía, castigándole entonces a vagar por el mundo de las tinieblas eternamente con el único acompañamiento de un trozo de carbón encendido que el demonio tuvo a bien darle. Para que no se le apagara, Jack lo metió dentro de un nabo que encontró.
Así comenzó la tradición de vaciar nabos y poner carbón dentro para utilizarlos la noche de los muertos y guiarlos en su camino. Con el tiempo, los irlandeses descubrieron que había una hortaliza más fácil de ahuecar: la calabaza; así que sustituyeron los nabos por calabazas y por eso son tan populares las calabazas iluminadas de Halloween.


Al finalizar la representación, recibieron una pequeña calabaza en cartulina.



Para los mayores, la actividad consistió en un panel donde había que contestar a las preguntas  ¿Qué te daba miedo de pequeño? ¿Y ahora?