viernes, 1 de febrero de 2013

Tema del mes de febrero

EJERCICIO FÍSICO Y SALUD





BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO

Practicar ejercicio físico de forma continuada tiene múltiples beneficios en tu organismo. Conoce algunos de estos beneficios:
  • Todos los aparatos y sistemas corporales se benefician de la realización de ejercicio físico, todos mejoran su funcionamiento. Por ejemplo: El corazón late más fuerte, el intercambio gaseoso en los pulmones se facilita, los músculos son más resistentes, se estimula el crecimiento de los huesos, ...
  • Mejoras tus habilidades motrices, tus cualidades físicas, tu coordinación..., es decir, el conocimiento y uso de tu cuerpo.
  • Quemarás esas calorías que ingerimos de más con los alimentos, y así puedes mantener a raya a las grasas evitando el exceso de peso para tu edad.
  • Desconectarás de tu rutina diaria, dejando de lado los problemas y estrés y te sentirás más a gusto contigo mismo. Además, descansarás mejor por las noches.
  • Adoptarás hábitos de higiene correctos: la ducha después de hacer ejercicio, el aseo, el cambiarnos de ropa...
  • Al hacer deporte conocerás nuevos amigos que tendrán tus mismas inquietudes por el deporte y la vida sana.
  • El ejercicio físico nos evita un buen número de enfermedades, ya que el cuerpo está preparado para hacer frente a cualquier pequeño problema que se nos presente.
Las personas que tienen enfermedades crónicas, pueden mejorar su estado de salud gracias al ejercicio físico adecuado.


www.mundoeduca.es/ejerciciosalud/.../saludbeneficios.rtf



http://merindadescomuneras.blogspot.com.es/2011/07/actividad-fisica-o-sedentarismo.html


LOS DEPORTES MÁS COMPLETOS PARA ESTAR EN FORMA

Practicar deporte es una de las formas más sanas y divertidas de estar en forma. Si salir a correr o caminar te resulta aburrido, hay disciplinas individuales y grupales que, además de entrenar todo el cuerpo, permiten despejar la mente y pasar un rato agradable en socialización con  otros deportistas. Conoce cuáles son los deportes más beneficiosos para trabajar diversas zonas musculares o lograr determinados. 


NATACIÓN

Suele decirse que la natación es el deporte más completo. Y es cierto: además de sus beneficios son numerosos, de trata de una actividad excelente para personas que, por razones físicas o de salud, no pueden realizar otros deportes. Ello se debe a que la natación no es un deporte de impacto, por lo que no tiene repercusiones negativas en las articulaciones, a diferencia de los deportes “terrestres”.

Boxeo



Para disfrutar los beneficios del boxeo no es necesario pelear sobre un ring como los boxeadores profesionales. Cada día se ven más gimnasios que apuntan al boxeo recreativo, donde se enseñan los movimientos básicos de la disciplina pero sin llegar al enfrentamiento.
Este boxeo se acerca más a la gimnasia aeróbica, y de hecho es un ejercicio aeróbico maravilloso, que mejora la circulación, permite quemar grasas y acondiciona todos los músculos. Los huesos, articulaciones y ligamentos se hacen más resistentes ante las lesiones, mientras que los pulmones aumentan su capacidad. A ello se suma la gran liberación de tensiones a través de las sesiones de entrenamiento.



Tenis

 Como ejercicio aeróbico, el tenis también produce los resultados positivos de la natación y el boxeo: adelgazamiento, mejora de la circulación, mayor capacidad pulmonar. La necesaria coordinación y atención que requiere este apasionante juego estimula el sistema motriz como pocas disciplinas. Al ser un deporte de alto impacto, las personas con problemas de articulaciones o lesiones en la columna deben consultar al médico antes de comenzar a practicar tenis.

Ciclismo 

No hay ejercicio más simple y con tantos beneficios como la bicicleta. Salir a hacer carretera en bici es un placer en sí mismo, recorriendo paisajes nuevos y despejando todas las preocupaciones. Si no tienes la posibilidad de salir a hacer kilómetros al aire libre, siempre puedes optar por la bicicleta ergonómica fija, más práctica para la agitada vida diaria actual.


http://www.universobelleza.com/los-deportes-mas-completos-para-estar-en-forma/






Cuentos


LA POCIÓN DE LA MALA VIDA
Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta, las verduras y el pescado; diariamente hacían ejercicio y disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la gente y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo aquello enfadaba terriblemente a las brujas negras, quienes sólo pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo.
La peor de todas las brujas, la malvada Caramala, tuvo la más terrible de las ideas: entre todas unirían sus poderes para inventar una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente. Todas las brujas se juntaron en el bosque de los pantanos y colaboraron para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y necesitaban tanta energía para hacerlo, que cuando una de las brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan grande que hizo desaparecer el bosque entero.
La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que quedó perdido entre los pantanos.
Allí estuvieron encerradas durante cientos de años, hasta que un niño encontró el frasco con la poción, y creyendo que se trataba de un refresco, se la bebió entera. Las microscópicas y malvadas brujas aprovecharon la ocasión y aunque eran tan pequeñas que no podían hacer ningún daño, pronto aprendieron a cambiar los gustos del niño para perjudicarle. En pocos días, sus pellizquitos en la lengua y la boca consiguieron que el niño ya no quisiera comer las ricas verduras, la fruta o el pescado; y que sólo sintiera ganas de comer helados, pizzas, hamburguesas y golosinas. Y los mordisquitos en todo el cuerpo consiguieron que dejara de parecerle divertidísimo correr y jugar con los amigos por el campo y sólo sintiera que todas aquellas cosas le cansaban, así que prefería quedarse en casa sentado o tumbado.
Así su vida se fue haciendo más aburrida, comenzó a sentirse enfermo, y poco después ya no tenía ilusión por nada; ¡la maligna poción había funcionado! Y lo peor de todo, las brujas aprendieron a saltar de una persona a otra, como los virus, y consiguieron que el malvado efecto de la poción se convirtiera en la más contagiosa de las enfermedades, la de la mala vida.
Tuvo que pasar algún tiempo para que el doctor Sanis Saludakis, ayudado de su microscopio, descubriera las brujitas que causaban la enfermedad. No hubo vacuna ni jarabe que pudiera acabar con ellas, pero el buen doctor descubrió que las brujitas no soportaban la alegría y el buen humor, y que precisamente la mejor cura era esforzarse en tener una vida muy sana, alegre y feliz. En una persona sana, las brujas aprovechaban cualquier estornudo para huir a toda velocidad.
Desde entonces, sus mejores recetas no eran pastillas ni inyecciones, sino un poquitín de esfuerzo para comer verduras, frutas y pescados, y para hacer un poco de ejercicio. Y cuantos pasaban por su consulta y le hacían caso, terminaban curándose totalmente de la enfermedad de la mala vida.

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Ganar o perder

Pepito odiaba perder a lo que fuera. Sus papás, maestros y muchos otros decían que no sabía perder, pero lo que pasaba de verdad es que no podía soportar perder a nada, ni a las canicas. Era tan estupendo, y se sentía uno tan bien cuando ganaba, que no quería renunciar a aquella sensación por nada del mundo; además, cuando perdía, era justo todo lo contrario, le parecía lo peor que a uno le puede ocurrir. Por eso no jugaba a nada que no se le diera muy bien y en lo que no fuera un fenómeno, y no le importaba que un juego durase sólo un minuto si al terminar iba ganando. Y en lo que era bueno, como el futbolín, no paraba de jugar.
Cuando llegó al colegio Alberto, un chico nuevo experto en ese mismo juego, no tardaron en enfrentarse.
Pepito se preparó concentrado y serio, dispuesto a ganar, pero Alberto no parecía tomárselo en serio, andaba todo el rato sonriente y hacía chistes sobre todo. Pero era realmente un fenómeno, marcaba goles una y otra vez, y no paraba de reír. Estaba tan poco atento, que Pepito pudo hacerle trampas con el marcador, y llegó a ganar el partido. Pepito se mostró triunfante, pero a Alberto no pareció importarle: "ha sido muy divertido, tenemos que volver a jugar otro día".
Aquel día no se habló de otra cosa en el colegio que no fuera la gran victoria de Pepito. Pero por la noche, Pepito no se sentía feliz. Había ganado, y aún así no había ni rastro de la sensación de alegría que tanto le gustaba.
Además, Alberto no se sentía nada mal por haber perdido, y pareció disfrutar perdiendo. Y para colmo al día siguiente pudo ver a Alberto jugando al baloncesto; era realmente malísimo, perdía una y otra vez, pero no abandonaba su sonrisa ni su alegría.
Durante varios días observó a aquel niño alegre, buenísimo en algunas cosas, malísimo hasta el ridículo en otras, que disfrutaba con todas ellas por igual. Y entonces empezó a comprender que para disfrutar de los juegos no era necesario un marcador, ni tener que ganar o perder, sino vivirlos con ganas, intentó hacerlo bien y disfrutando de aquellos momentos de juego.
Y se atrevió por fin a jugar al escondite, a hacer un chiste durante un partido al futbolín, y a sentir pena porque acabara un juego divertido, sin preocuparse por el resultado. Y sin saber muy bien por qué, los mayores empezaron a comentar a escondidas, "da gusto con Pepito, él sí que sabe perder"


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